SUSTENTABILIDAD – MADE IN THE WORLD: COMERCIO INTERNACIONAL https://ginobaldissare.com Tecnología. RRHH. Sustentabilidad Fri, 10 Nov 2023 09:21:16 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.5.3 ¿Por qué (y dónde) estudiar (gratis online) sobre comercio internacional y desarrollo sostenible? https://ginobaldissare.com/comex-desarrollo-sostenible/ Mon, 15 Nov 2021 15:47:04 +0000 http://ginobaldissare.com/?p=941 La COP26 ha dejado algunos sinsabores en la comunidad internacional y de alguna manera ello evidencia el largo camino que aún resta por recorrer a nivel global en torno al desarrollo sostenible.

Es cierto, sin embargo, que voluntad política, marcos institucionales y normativos internacionales, y cambios culturales, son factores que cobran cada vez más fuerza respecto de la cuestión climática y, en general, de la sustentabilidad.

¿Qué rol le compete al profesional del comercio internacional en este contexto?

El desarrollo sostenible irrumpe de manera categórica dentro de la lista de temas sobre los que debe mantenerse actualizado.

Más allá de las convicciones y principios personales, podemos resumir en dos puntos principales el por qué resulta clave bucear en la combinación comercio internacional-sustentabilidad.

Una combinación clave

Por un lado, tenemos una nueva perspectiva desde la cual analizar la competitividad de una empresa. Independientemente de su lugar en la cadena global de valor de su sector, las empresas ya comprendieron que su reputación, su performance comercial y su atractivo para obtener financiamiento, deben tener sustento en un buen desempeño sostenible.

Y el profesional del comercio internacional no debe mantenerse ajeno. No sólo porque debe estar a tono con los temas de sostenibilidad que se implementen puertas adentro, sino también porque son temas globales. Por lo tanto, hasta debe incluso tomar la posta de las disrupciones que deba afrontar la empresa en la que trabaja.

El papel de los Acuerdos Comerciales

Por otro lado, los acuerdos comerciales tienen un rol protagónico a nivel internacional no sólo como instrumentos de política comercial, sino también de política ambiental. Tanto los acuerdos actuales como los pendientes de firma y/o ratificación, tienen apartados cada vez más desarrollados y exigentes en materia de sustentabilidad.

De manera análoga a las empresas, un país o bloque económico también tiene condicionada su competitividad en este sentido. Podrá tener más o menos atractivo para lograr acuerdos comerciales o atraer inversión extranjera directa según cómo se desempeñe en materia de desarrollo sostenible.

¿Por dónde empezar?

Si aún no lo ha hecho, una buena alternativa para introducirse en estos temas es apuntarse a cursos disponibles de manera online y gratuita en plataformas educativas de gran prestigio:

  • WTO E-Learning: la plataforma de aprendizaje virtual de la OMC tiene dentro de su catálogo algunos cursos y material didáctico sobre economía circular, medio ambiente y comercio. Están disponibles en varios idiomas y requiere registrarse con usuario y contraseña.
  • ITC SME Trade Academy: pertenece al Centro de Comercio Internacional y tiene disponibles capacitaciones sobre estándares internacionales de sustentabilidad, competitividad empresarial vinculada a desarrollo sostenible, responsabilidad social corporativa, y cambio climático, entre otros. Están disponibles en varios idiomas y requiere registrarse con usuario y contraseña.
  • ICEX-CECO: la institución española sobre inversiones y comercio exterior ofrece un NOOC gratuito online sobre internacionalización sostenible. Sólo es necesario crear un usuario y contraseña. Este curso es de especial relevancia por su conexión con la visión que la Unión Europea tiene en materia de desarrollo sostenible.

 

Nota publicada en Noviembre 2021 en el portal Trade News de Argentina (click aquí para ver).

Por Lic. Gino Baldissare

Toda la información difundida en este blog es exclusivamente a título personal. No es vinculante a las organizaciones y empresas en las que me desempeño o me he desempeñado.

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El coronavirus y los Objetivos de Desarrollo Sostenible https://ginobaldissare.com/coronavirus-desarrollo-sostenible/ Wed, 29 Apr 2020 16:58:26 +0000 http://ginobaldissare.com/?p=780 No es una cuestión de Oriente u Occidente, hemisferio Norte o Sur, Primer o Tercer mundo. La crisis sanitaria y socioeconómica desatada por el CODVID-19 evidencia la necesidad de replantear nuestra visión de la realidad.

La llegada del coronavirus ha impactado en casi todos los rincones del mundo; aunque no en todos los rincones existen las mismas herramientas para neutralizar sus efectos.

Hace un lustro se estableció la Agenda 2030, que a través de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) representa una hoja de ruta para enfrentar desafíos globales.

Muchas de sus metas versan sobre aspectos hoy atacados por los efectos de la pandemia: pobreza (ODS 1), salud (ODS 3), educación (ODS 4), agua (ODS 6), empleo (ODS 8), etc. La excepción pareciera ser el cambio climático (ODS 13). Veremos esto más adelante.

Este contexto está recordando por qué son importantes los ODS, e incluso mostrando cómo se complementan entre sí. También parece plantear que deben revisarse las prioridades al momento de trabajar en su cumplimiento.

Si el modelo de priorización semejara una pirámide tipo Maslow, ¿cómo ubicaríamos los ODS? Si fuese al estilo de un edificio, ¿cuáles serían los cimientos, y cuáles las columnas?

Empezar por el trabajo en equipo

El ODS 17 (Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible) pone de manifiesto la importancia de establecer y consolidar la cooperación, el apoyo y la creación de capacidad entre países.

No se trata de algo ajeno a la gestión de esta crisis pandémica. El principal desafío ha sido y es el de la incertidumbre, la prueba y error, y el desconocimiento -hasta cierto punto comprensible, dada la falta de experiencias similares recientes-.

Gobiernos y líderes políticos han actuado muchas veces en forma descoordinada, puesto en riesgo el suministro de insumos esenciales, y expresado muy disímiles posturas sobre la gravedad de la situación. Algunos, incluso, buscando un delicado equilibrio entre aspectos sanitarios y económicos de esta crisis.

¿Podríamos esperar entonces que a partir de aquí se logre un consenso internacional sobre la forma de actuar ante posibles futuras pandemias? Después de todo, hay antecedentes de trabajos similares por otras causas.

La catástrofe del Titanic dio pie a la primera versión del Convenio SOLAS (Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar) y el atentado a las Torres Gemelas impulsó la aplicación de nuevas medidas de seguridad aeronáutica, sólo por citar dos ejemplos.

Recursos, recursos y más recursos

El ODS 17 cobra especial relevancia también por su clara referencia a los recursos y el financiamiento de los países, en especial los que están en vías de desarrollo.

Las consecuencias sanitarias y socioeconómicas del coronavirus son más gravosas para naciones carentes de los recursos, la infraestructura y las políticas de resiliencia de los países más desarrollados.

Aunque incluso éstos últimos tampoco han tenido totalmente allanadas sus herramientas para hacer frente a los efectos de la pandemia.

¿Podríamos esperar entonces que la ciudadanía y la clase política reconozcan la importancia de la austeridad y el equilibrio fiscal en las cuentas nacionales de sus gobiernos? ¿De la necesidad de dejar de lado el populismo, y salvaguardar recursos para tener poder de fuego ante futuras crisis?

No se trata de los rescates y salvatajes propios de la última crisis financiera global, sino de recursos destinados a aliviar económicamente a trabajadores, cuentapropistas, emprendedores, mipymes; como así también al fortalecimiento de los sistemas de salud.

ODS 3: Salud y bienestar

Algunas metas de este ODS parecen escritas pensando en los tiempos que corren:

  • Cobertura sanitaria universal y acceso a servicios de salud de calidad.
  • Acceso a medicamentos y vacunas seguras, eficaces, asequibles y de calidad.
  • Aumentar la financiación de la salud y la contratación, desarrollo, capacitación y retención del personal sanitario.
  • Reforzar la capacidad de los países en materia de alerta temprana, reducción y gestión de riesgos para la salud.

Aunque la Agenda 2030 hace especial hincapié en los países menos desarrollados, la realidad vivida por el sistema de salud en muchas de las naciones más avanzadas muestra que también a éstas les resulta aplicable.

¿Podríamos esperar entonces que en el presupuesto anual de los gobiernos se brinde cada vez más prioridad a la salud? ¿Cómo reaccionarán la política y la ciudadanía la próxima vez que un gobierno quiera aplicar recortes en sanidad?

Las diferentes catástrofes que sufrió el mundo dejaron enseñanzas. El caso del atentado del 11 de septiembre de 2001 es paradigmático respecto de cómo cambiaron los controles de seguridad en el planeta. ¿Logrará ahora el COVID-19 que se alcance un consenso internacional respecto de la forma de actuar ante posibles futuras pandemias?

No se trata de un virus frente al cual era necesaria tecnología y tratamientos médicos de altísima complejidad, sino de que hasta artículos de protección, respiradores y camas han estado en falta, incluso en el primer mundo.

Educación, conectividad y brecha digital

Los ODS 4 (Educación de Calidad) y 9 (Industria, Innovación e Infraestructura) llegan de la mano ante un contexto en el que, como nunca antes, se necesitó de la educación a distancia.

Las modalidades de enseñanza no presenciales presentan dificultades para los sectores más vulnerables, donde no siempre se cuenta con conexión a Internet y/o no disponen de equipos actualizados.

En las metas del ODS 4 se echa en falta una referencia explícita a este tema. No obstante, el ODS 9 aboga, entre sus múltiples propósitos, por un acceso universal y asequible a las tecnologías de información y comunicaciones.

Cambio Climático

Uno de los grandes impactos del coronavirus ha sido la sistemática suspensión de eventos de distinta índole en todo el mundo. La COP 26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) prevista para este año no fue la excepción y quedó aplazada para 2021.

Pero este no es el único vínculo entre los efectos de la pandemia y el cambio climático. Diversos estudios vislumbran uno mucho más positivo, que tiene que ver con la reducción de la contaminación como consecuencia de la menor actividad económica por la cuarentena.

A un costo humano, sanitario y económico enorme, la pandemia nos obligó a hacer lo que el planeta necesitaba hace tiempo. ¿Impactará esto en nuestra conciencia ambiental de ahora en más?

Dado el fracaso que significó la COP 25 en 2019, ¿los Estados miembro llegarán a la siguiente edición de esta conferencia con otras ideas y un mayor compromiso con el cuidado del planeta?

Nota publicada en Abril 2020 en el portal Trade News, de Argentina. Click aquí para ver.

 

Por Lic. Gino Baldissare

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La Unión Europea ante el desafío económico del coronavirus https://ginobaldissare.com/unioneuropea-desafio-economico-coronavirus/ Wed, 01 Apr 2020 14:47:03 +0000 http://ginobaldissare.com/?p=763 La crisis generada por el CODVID-19 ha puesto en evidencia fallas estructurales y de gestión que estaban latentes en la política sanitaria de muchos países, incluso de varios del primero mundo.

Dicha realidad, combinada con la elevada contagiosidad de este coronavirus, ha hecho necesaria la aplicación urgente de medidas de prevención que, colateralmente, están teniendo y tendrán impacto directo en la economía real.

Cada vez menos países quedan exentos de las consecuencias no sólo humanas y sanitarias, sino también socioeconómicas de la llegada del CODVID-19. La Unión Europea (UE) así lo ha entendido, y su agenda tiene a este tema al tope de las prioridades.

No se trata sólo de medidas orientadas a fortalecer el sistema de salud para hacer frente a la pandemia, sino también de aquellas destinadas a neutralizar los efectos de la cuarentena sobre el normal desenvolvimiento de la actividad económica.

Suspensión de las reglas fiscales

El 20 de marzo se anunció que quedaría transitoriamente sin efecto el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (creado en 1997 en pos de la disciplina fiscal que exigiría el euro una vez entrado en vigencia).

Siempre de manera temporal, esta medida confiere mayor libertad de decisión y acción a los Gobiernos Nacionales para que ejecuten sus propias medidas presupuestarias para ayudar a empresas, bancos, trabajadores y demás agentes económicos (diferimiento de obligaciones impositivas, prestaciones de desempleo, etc.)

Si bien no parece en sintonía con el espíritu de coordinación entre Estados miembro que podría esperarse de este bloque, es una medida pragmática y realista de cara al contexto. Se requieren acciones de rápido y fuerte impacto, y acordes a la coyuntura particular de cada país.

Por otro lado, aunque los países de la UE tienen un acceso cómodo a los mercados financieros, existe consenso a nivel comunitario de que las inversiones necesarias para revertir los perjuicios económicos del coronavirus serán significativas, y afrontarlas podría poner en peligro la estabilidad financiera de varios Estados miembro.

Entonces ¿qué otros instrumentos tiene a mano el bloque europeo?

Banco Central Europeo

Luego de una tibia reacción ante los eventuales efectos económicos del virus, el Banco Central Europeo (BCE) dio luz verde al Programa de Compra de Emergencia para Pandemias (PEPP, por su sigla en inglés).

Se trata de un plan de compra de activos públicos y privados por 750.000 millones de euros, contribuyendo así a facilitar la financiación de los gobiernos para sus planes de estímulo.

Este programa actúa de forma proporcional al tamaño de cada economía, pero también es flexible en cuanto a las clases de activos y las jurisdicciones nacionales. De esta manera puede, por ejemplo, comprar más activos de países que estén atravesando mayores dificultades (independientemente del peso relativo de su economía dentro del bloque).

Asimismo, la titular del BCE, Christine Lagarde, dio su visto bueno a otros de los instrumentos que tiene en agenda el bloque, y sobre el cual hay posiciones encontradas entre los Estados miembro: los eurobonos.

Eurobonos

Se trata de bonos compartidos por todos los países que integran la Eurozona, es decir, deuda emitida por la UE ante la cual es el bloque como un todo quien se compromete a devolverla.

A nivel macro, este instrumento mejora el posicionamiento para competir con economías grandes (como Estados Unidos) por los recursos de los inversores en los mercados financieros, al ser ahora la UE, y no sus Estados miembro individualmente, la que accede a dichos mercados.

Por otro lado, al estar respaldados por los 19 países de la zona euro, la responsabilidad de pago es mancomunada, por lo que permitiría reducir los riesgos y las tasas de interés que pagaría cada Estado miembro si emitiese deuda en forma individual.

En contexto del coronavirus por ejemplo, los eurobonos permitirían que países con niveles de endeudamiento muy elevados –y a su vez muy afectados por la pandemia, como Italia, o España– puedan financiarse a un costo menor, dado que logran mayor confianza de los inversores que si emitieran deuda individualmente.

Como se verá más adelante, este beneficio para algunos resulta desventajoso para otros.

Mecanismo Europeo de Estabilización

El Mecanismo Europeo de Estabilización (MEDE) es un organismo creado en 2011 por el Consejo Europeo y que actúa como fondo de rescate de la eurozona, con un poder de fuego de más de 400.000 millones de euros.

Se trata de un fondo ya utilizado en el pasado y en el que cada país tiene una participación en función de su peso económico.

Cabe aclarar, sin embargo, que fue ideado para circunstancias en las que requieren financiación sólo algunos países, pero no todo el bloque, como podría suceder en la actualidad.

Como alternativa de financiamiento ante la actual crisis, el MEDE se percibe como un mecanismo más rápido que los eurobonos. No obstante, las condiciones para acceder a sus préstamos implican reformas a implementar por el solicitante, con una fuerte orientación a la austeridad fiscal.

Viejas disputas

A los ya consabidos desafíos que llegaron junto al CODVID-19, se suma un nuevo capítulo de viejas asperezas en el seno de la UE debido a divergencias estructurales (principalmente de índole fiscal) entre sus Miembros.

España, Italia, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Grecia, Irlanda, Portugal y Eslovenia apoyan la opción de los eurobonos por sobre la de recurrir al MEDE.

Se trata de Miembros con un preocupante nivel de endeudamiento que, ante las reformas que exigiría acceder al MEDE y las ventajas de los eurobonos, previsiblemente se decantan por éstos últimos.

Al frente y con una posición contraria, se encuentra Alemania, Holanda, Finlandia y Austria, que consideran al Mecanismo de Estabilidad Europeo como el vehículo ideal para canalizar los recursos que los gobiernos nacionales requieran.

Asimismo, para estos países el eurobono implicaría aceptar tasas de interés más altas que las que tendrían si emitieran deuda por sí solos gracias a la confianza que generan en los inversores.

Estas rispideces no son nuevas, como tampoco lo son los eurobonos. Este instrumento ya había estado en agenda en crisis de años anteriores, y la posición de los países fue muy similar a la actual.

Solidaridad europea

La posición de los nueve Miembros a favor de los eurobonos fue expresada en una carta enviada a autoridades del bloque, en la que se recurrió al término “solidaridad” entre los argumentos fundamentales.

Sostienen que se trata de una crisis de la que ningún país europeo es responsable, y que ha llegado al territorio de la unión sin que las fronteras o cuentas públicas pudieran evitarlo. Por lo que se debe hacer frente a este shock externo mediante mecanismos coordinados y unidos, dado que sus consecuencias negativas van a afectar a todos.

Nadie puede negar lo antedicho, y mucho menos dejar de mencionar una característica distintiva de esta crisis: está en juego la salud de seres humanos.

Cabe remarcar entonces la importancia de que un país mantenga sus cuentas en orden como resultado de una disciplina fiscal sostenida en el tiempo. Si algo ha quedado claro, una vez más, es que las crisis dejan en evidencia quién estuvo haciendo bien las cosas y quién no.

Es deseable por lo tanto que, sobrepasada esta coyuntura sanitaria y económica, se consolide entre los gobernantes y la sociedad toda, el convencimiento de que un adecuado manejo de los recursos siempre nos dejará mejor plantados para hacer frente a contingencias como las que está generando esta pandemia.

Nota publicada en Abril 2020 en el portal Trade News, de Argentina. Click aquí para ver.

 

Por Lic. Gino Baldissare

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Lo que la COP25 dejó para América Latina https://ginobaldissare.com/latinoamerica-desarrollo-cop25/ Mon, 30 Dec 2019 17:57:36 +0000 http://ginobaldissare.com/?p=704 La recientemente finalizada COP25 ha dejado algunos sinsabores en cuanto a resultados técnicos y políticos.

No logró avances en la regulación del mercado de bonos de carbono (Artículo 6 del Acuerdo de París), y finalizó con una débil ambición climática para reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Esto último, debido especialmente a la posición de los Miembros más contaminantes (con excepción de la Unión Europea).

Latinoamérica en general siempre ha mantenido firmes compromisos con el cambio climático, aun cuando no es de las zonas más contaminantes del planeta. La COP25 mostró sin embargo, de parte de Brasil, algunas posiciones ríspidas en materia de océanos, uso de suelos y del ya mencionado mercado de carbono.

Política, economía y desarrollo sostenible

La región atraviesa tiempos turbulentos marcados por transiciones de gobierno, inestabilidad institucional y debilidad democrática. Al combo lo completan la situación económica de varios países, expresada en un hastío social que suma presión política a sus gobernantes para revertir la realidad.

Las épocas de altos precios de commodities –y las de su posterior descenso hacia los niveles actuales– han evidenciado las fallas de América Latina en materia de desarrollo económico.

Hasta cierto punto, su dependencia de las commodities la puede equiparar con economías de hace un siglo atrás, en la medida en que una porción no menor de su ingreso genuino de dólares depende del buen clima para el cultivo y de buenos precios internacionales.

La crisis que actualmente atraviesa la región abre un doble desafío: el desarrollo económico y el desarrollo sostenible. El capital político basado en logros económicos debe tener un límite: el medio ambiente.

Algunos lineamientos brindados por voces expertas en la COP25 pueden servir de brújula en este sentido.

Acuerdos comerciales, instrumentos de sustentabilidad

La Cumbre Climática acogió un panel moderado por Xiana Méndez (Secretaria de Estado de Comercio de España), e integrado, entre otros especialistas, por Arantxa González (Directora Ejecutiva del Centro de Comercio Internacional).

El encuentro abordó la necesidad de convergencia entre la agenda de comercio y la agenda ambiental de la comunidad internacional, confiriendo a los acuerdos comerciales un rol clave en ese objetivo.

Así lo enfatizó Xiana Méndez durante la introducción del panel, al recordar que la Unión Europea siempre busca “exportar” su visión de hacer del desarrollo sostenible un componente no menor en sus tratados con otras Partes, tanto los vigentes como los que se encuentran en negociación y/o pendientes de ratificación.

Arantxa González profundizó el tema señalando aportes con los que el comercio internacional puede contribuir al desarrollo sostenible:

  • Difusión de estándares, regulaciones y benchmarking.
  • Disciplina en materia de subsidios
  • Promoción de bienes sustentables y tecnologías sustentables (facilitando su acceso a países menos desarrollados)
  • Prohibición de prácticas no sustentables y/o del comercio de bienes no sustentables
  • Regulación de prácticas competitivas desleales

En Latinoamérica, no pocos países –ya sea en forma individual como a través de los bloques que integran– tienen negociaciones con la Unión Europea. Será clave no abandonar la senda de la sustentabilidad si se busca que dichas negociaciones redunden al final del camino en mayor actividad económica y generación de empleo genuino.

Sector Energético

Laura Merrill –especialista en subsidios a combustibles fósiles– hizo su aporte al citado panel destacando la importancia de reformar la política de subvenciones a la energía, que generan profundas diferencias en su costo entre distintos países.

Señaló la construcción de capacidad y la transparencia como factores clave para identificar subsidios, reconocer sus efectos, y trabajar para desmantelarlos sin afectar a los más pobres

Latinoamérica tiene camino por recorrer en esa materia.

De la política fiscal insostenible al desarrollo insostenible

En Venezuela persiste la realidad del combustible a precios más bajos que el agua mineral. Un escenario no sólo inaceptable por su actual crisis económica; sino también por su historia reciente. Hasta mediados de 2008, cuando el precio del barril de petróleo superó largamente los USD 100, más que sobrados eran los recursos para financiar la diversificación de su matriz energética si hubiese habido voluntad política de hacerlo.

En Argentina, durante años tuvo un lugar una irresponsable política de subsidios a servicios públicos; cuyo desarme a partir de 2016 generó no pocos malestares entre la ciudadanía, y un alto costo político para quienes, con aciertos y errores, lo implementaron.

En un país cuyo sector eléctrico depende mayormente de combustibles fósiles, subsidiar el consumo de gas y electricidad cimentó las bases para el despilfarro por parte de los usuarios. Sus efectos ambientales devastadores echan por tierra cualquier justificación económica (y política) de quienes defendían ese modelo.

La conciencia del sector privado

Cuando se mencionó que el capital político no debe sustentarse en logros económicos a costas del medio ambiente, no se refiere sólo al gobernante que intenta posicionar su gestión.

También incluye al sector privado (ciudadanos y empresas), que no debe dar ese espaldarazo político cegado por un crecimiento económico sin sustentabilidad.

Ejemplos sobran. Por caso, el uso de suelos es uno de los temas en la agenda climática, y de vital importancia en Latinoamérica por sus actividades agropecuarias.

Los incendios en el Amazonas -primero por su inaceptable impacto ambiental, y segundo por su costo político para Bolsonaro y Evo Morales- ponen de manifiesto que el tema no es menor.

Igualmente importantes son los instrumentos que favorezcan la rotación de cultivos, con sus ya conocidos efectos positivos sobre los recursos naturales.

Nota publicada en Diciembre 2019 en el portal Trade News, de Argentina. Click aquí para ver.

 

Por Lic. Gino Baldissare

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La sustentabilidad determina la competitividad empresaria https://ginobaldissare.com/la-sustentabilidad-determina-la-competitividad-empresaria/ Sun, 01 Dec 2019 16:59:26 +0000 http://ginobaldissare.com/?p=685 En una suerte de previa de lo que será el encuentro más importante en materia de desarrollo sostenible -la COP25-, la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Madrid realizó el Foro Económico “Objetivos de Desarrollo Sostenible, Internacionalización y Competitividad Global”.

A pocos días de la cita que congregará durante más de 10 días a funcionarios de más de 200 países que presentarán planes y fijarán compromisos en materia climática para las próximas décadas, en la capital española representantes del sector público y privado empezaron a analizar diferentes aspectos del tema.

Uno de los ejes centrales del Foro Económico giró en torno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos en 2015 como parte la Ruta de la Sostenibilidad hacia 2030.

El panel estuvo integrado por empresas y organizaciones españolas de distintos sectores: distribución minorista, telecomunicaciones, energía, transporte, alimentos y ONG.

Por el escenario principal pasaron Agustín Delgado (Director de Innovación, Sostenibilidad y Calidad de Iberdrola); Cristina Moral Zarrabeitia (Gerente de Responsabilidad Social Corporativa de Ferrovial); Maya Ormazabal (Gerente de Medio Ambiente y Cambio Climático de Telefónica); Fernando Riaño Riaño (Director Relaciones Institucionales y RSC de ILUNION / Grupo Social ONCE); Bernardo Cruza (Director de RSC de El Corte Inglés); y Oscar Hernández (Director de Relaciones Institucionales de Calidad Pascual).

Al momento de abordar las inquietudes planteadas por la moderadora –Eva Serrano Clavero, Vicepresidenta Primera de la Cámara de Comercio de Madrid–, los panelistas ofrecieron su visión desde la perspectiva del sector privado en España, que bien podría ser aplicada en otros países.

El rol de los privados

Hasta 2015 –cuando se establecieron los 17 ODS–, la agenda climática parecía recaer principalmente en el sector público.
Sin embargo, a poco más de 10 años de alcanzar el plazo comprometido, es ahora también el sector privado (empresas, consumidores, etc) el que debe comprometerse en igual medida.

Los especialistas coincidieron en que la Agenda 2030 es una agenda transformadora, y las firmas que no se involucren con ella quedarán, tarde o temprano, relegadas del mercado, dado que lo que antes se percibía como algo voluntario, ahora se entiende casi como obligatorio.

Al respecto, se aclara que si bien las empresas deben coadyuvar a que se cumplan los 17 ODS, su implicancia no será por igual con todos ellos por dos razones:

  • El sector de actividad de la organización puede remarcar la necesidad de involucrarse con algunos ODS de manera más comprometida que con otros.
  • La estrategia de RSC seguramente lleve a priorizar algunos ODS (no intentar abarcar todos) para asignar recursos de manera eficiente y lograr un impacto más significativo en aquellos Objetivos que hayan priorizado.

Asimismo, las empresas asumen que el reto es saber ver oportunidades que antes no veían, perseguir sus objetivos de negocios con otros recursos y otra forma de hacer las cosas. En ese sentido, actuar de manera competitiva implicará actuar de forma responsable y comprometida con la Agenda 2030.

Alinear la estrategia de negocio con los ODS

Con la Agenda 2030 en mente, toda empresa debe tener plena autoconciencia sobre sus objetivos y capacidades al momento de definir sobre cuáles ODS se enfocará, y cómo abordará el desafío de cumplirlos.

Ese honesto autoconocimiento permitirá identificar aquellos ODS alineados con el core business e identificar los instrumentos que mejor se adapten a la firma para llevarlos a la práctica.

Asimismo, es clave que los ODS se integren como parte fundamental de la estrategia de RSC de la empresa, buscando que todas las áreas estén representadas y todo el personal, involucrado.

En otras palabras, la cantidad de personas afectadas a los ODS debería ser la cantidad total de empleados de la organización.

Otro aspecto en el que coincidieron los panelistas es en la importancia de incluir el cumplimiento de los ODS en las variables salarias de los altos directivos.

Finalmente, la comunicación es un factor clave. “Primero hacer y luego comunicar” es la idea central en esta materia, buscando de esa forma predicar con el ejemplo y no hacer apología de algo que aún no está puesto en práctica.

¿En cuáles ODS debe enfocarse una empresa?

De lo expresado por los especialistas, la primera conclusión es que el core business de la organización es determinante en los ODS que ésta priorizará, más allá de que también integre otros a su estrategia de RSC que no estén en sintonía directa con el corazón del negocio de la empresa.

De esta manera, para una firma del sector de infraestructura (transporte, telecomunicaciones, construcción, etc) serán clave los ODS inherentes a agua y saneamiento, transporte limpio y sostenible, etc.

Al sector minorista se le presentan especiales desafíos al momento de priorizar ODS por varias razones: sus ramos de actividad son diversos, genera altas tasas de empleo, y su rol en la sociedad los ubica entre productores y consumidores.

Así, los ODS N°5 (igualdad de género), N°8 (economía) y N°12 (consumo y producción responsables) pueden jugar un rol preponderante en la estrategia de RSC de la organización.

El final del listado de ODS, con el Objetivo N° 17 (alianzas), pone de manifiesto la necesidad de trabajo en equipo tanto a nivel de gobiernos como de empresas, siendo de esta manera un ODS que debería estar en la agenda de todos los actores de la sociedad.
El desafío radica en hacer converger estrategias e intereses diversos y heterogéneos en pos de un objetivo común.

¿Es rentable para una empresa ser sostenible?

Otra de las variables puesta sobre la mesa fue en qué medida la inversión en sostenibilidad y la rentabilidad van de la mano. La respuesta de los panelistas fue contundente: Sí, es rentable invertir en desarrollo sostenible.

Desde el punto de vista más estratégico, es imprescindible invertir en ODS porque contribuye a identificar riesgos relevantes, que pueden menoscabar el sostenimiento de la organización; al tiempo que fortalece su imagen y posicionamiento en el mercado.

Con relación al consumo, se observa una tendencia en alza en la demanda de bienes sostenibles, los cuales a su vez tiene un valor mayor que los bienes convencionales.

Se trata de un mercado que amerita ser atendido por las empresas; aun cuando su tasa de crecimiento todavía no tiene el nivel deseado para consolidar un cambio en los hábitos de consumo.

Impacto financiero

El sistema financiero también juega un rol preponderante.

Los objetivos de sostenibilidad y el desempeño ambiental de una firma son tenidos en cuenta al momento de tomar decisiones de inversión por parte operadores bursátiles. En este sentido, es clave que la organización tenga información clara sobre su estrategia y resultados en materia ambiental.

En la misma línea, los escándalos sociales y medioambientales son penalizados en la cotización accionaria de las empresas. Como contrapartida, el cumplimiento de objetivos de desarrollo sostenible facilita el acceso a mejores condiciones de crédito.

El consumidor

Respecto del consumidor, ¿está cambiando a un ritmo adecuado su percepción sobre la sostenibilidad? Está cambiando, pero no a la velocidad necesaria.

Los especialistas coinciden en que si bien se percibe una mayor preocupación ambiental aún resta camino por recorrer, por lo que es necesario intensificar las acciones de comunicación y concientización. En tal sentido, se remarcó la importancia de transmitir un mensaje basado en acciones y resultados reales, y no simple retórica.

Aunque se encuentra en alza la demanda de bienes sostenibles, entre las limitantes que puede encontrar el consumidor figuran el mayor precio y la falta de información.

En otras palabras, es un consumidor preocupado pero poco formado, es decir, sin herramientas para tomar cartas en el asunto de la sostenibilidad.

El panorama hacia el cual se debe apuntar entonces es aquel en el cual el producto sostenible sea el “normal”, el de consumo generalizado.

Uno de los caminos hacia ese horizonte es incrementar la producción sostenible para que haya cada vez más opciones para el consumidor, el cual terminará comprando bienes sostenibles más económicos casi por no tener otras opciones.

Este desafío encuentra en el sector minorista a un aliado clave, el cual debe no sólo saber leer los cambios que se dan en el consumo, sino también ser motor de cambio en el consumo.

Transformar hábitos

Asumir la responsabilidad de transformar sus hábitos, generando que el cambio sea con la Agenda 2030 como horizonte ideal.

Un ejemplo real que se ha visto en las calles de diversas ciudades, entre ellas Madrid, no es menor por tratarse de unas de las marcas globales con mayor cuota de mercado: la firma líder mundial de gaseosas cola desafía al consumidor a no comprar su producto si no va a acompañar sus esfuerzos de reciclaje.

¿Cómo apoyar a otras empresas e instituciones para que se sumen a la Agenda 2030?

Aquí se pone de manifiesto el ODS N°17 que invita a trabajar en alianzas en pos de la sostenibilidad.

El panel de empresas coincidió en que uno de los ámbitos donde se puede trabajar es el de los proveedores, siendo la información y la comunicación una herramienta de suma importancia.

Determinar en qué grado los proveedores conocen los ODS y saber si efectivamente están trabajando en la Agenda 2030, son los primeros pasos en ese camino.

En función de ello, acompañarlos en el proceso de implementación de modelos productivos sustentables –por ejemplo, capacitándolos y compartiéndoles experiencias propias para favorecer su aprendizaje– es una de las líneas de trabajo hacia el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible.

Cambio de paradigma

La sociedad está empezando a entender que el cortoplacismo tiene limitaciones, y que nos estamos quedando sin tiempo.

Los ODS son una apuesta al futuro; tienen que ver con el futuro y las oportunidades. Y esta idea debe ser asumida y puesta en práctica por la sociedad toda: gobiernos, empresas, instituciones y ciudadanos.

En lo que hace a empresas y consumidores, migrar del concepto de Responsabilidad Social Corporativa al de Responsabilidad Social Competitiva permitirá entender que, dentro de las variables con las que una empresa genere confianza en el consumidor, el desarrollo sostenible tendrá cada vez mayor relevancia.

Cuando se habla de competir en valor y no en precio, ese “valor” no se referirá sólo al valor que obtiene el consumidor a través del producto o servicio cuyo precio está pagando. También incluirá la percepción que tenga sobre los valores que la empresa pone en práctica, a su forma de hacer las cosas.

Nota publicada en Noviembre 2019 en el portal Trade News, de Argentina. Click aquí para ver.

 

Por Lic. Gino Baldissare

Toda la información difundida en este blog es exclusivamente a título personal. No es vinculante a las organizaciones y empresas en las que me desempeño o me he desempeñado.

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