“En geopolítica ocurre como en el fútbol: si dejas espacios libres, te los ocupa el rival. China es muy consciente de ello, y no por casualidad ya nos ha superado como el principal socio comercial del Mercosur. El acuerdo con el Mercosur es uno de esos grandes espacios libres a los que no puede renunciar la Unión Europea.”
Los dichos de Juan Ignacio Zoido, eurodiputado del Partido Popular español y vocero de Agricultura del Grupo Popular Europeo, no están para nada descontextualizadas, especialmente en un 2020 atípico y desafiante para el comercio internacional.
Un año que, sin embargo, no ha impedido que en materia de negociaciones comerciales se concretaran los pasos y objetivos necesarios para firmar acuerdos entre países y/o bloques.
Brexit amigable
El 2020 cerró finalmente con un Brexit en buenos términos entre el Reino Unido y la UE. Naciones latinoamericanas como Chile, Perú, Ecuador, Colombia y México, no se mantuvieron al margen, e iniciaron en su debido momento las correspondientes acciones diplomáticas para asegurarse el inicio de un 2021 con acuerdos británico en firme.
Estos cinco países ya tenían (bilateralmente o en bloque) acuerdos firmados con la UE.
Resulta lógico que, incluso en un año marcado por la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas, no entorpecieran negociaciones iniciadas años atrás para garantizar su acceso a la quinta economía mundial en las mismas condiciones que antes del Brexit.
El Mercosur y la Unión Europea
Las negociaciones entre los dos bloques están poniendo a prueba la cohesión interna en ambos lados del Atlántico, sobre aspectos muy sensibles, aunque diferentes según el país del que se trate.
En 2019, pocos meses después de la firma del acuerdo entre el Mercosur y la UE, el Parlamento de Austria rechazó su ratificación aludiendo cuestiones relativas a consumidores, medioambiente, protección de los animales, y derechos humanos.
Esa posición era compartida también por varios miembros del bloque, como Francia e Irlanda.
Es Brasil el que concentra el mayor recelo europeo en materia ambiental, un aspecto que es clave resolver si se desea que el Acuerdo llegue a buen puerto.
La posición argentina, ya en manos de la actual administración, ha aludido principalmente a la competitividad, el empleo y protección de su industria como factores clave para que avance el tratado con la UE; no sin antes remarcar su compromiso hacia esta negociación.
Estas declaraciones han buscado morigerar el impacto de otras, allá por el segundo trimestre de 2020, que ensombrecieron las negociaciones que lleva adelante el Mercosur poniendo en duda la participación de Argentina, entre otras razones, por la incertidumbre generada por la pandemia.
Por su parte, un encuentro bilateral entre Uruguay y España durante noviembre último, dejó claro el firme compromiso de ambos países por motivar a sus respectivos bloques regionales para dejar zanjado el acuerdo lo antes posible.
Posturas diferentes
Sin embargo, en el seno del propio gobierno español han surgido posturas divididas sobre el acuerdo con el Mercosur.
Altos funcionarios han exigido al cierre de 2020 que se estudie su impacto ambiental, económico y social sobre la agricultura y la ganadería, la seguridad alimentaria, el medio ambiente y el bienestar animal en España.
Exigen que para ratificar este acuerdo se asegure que los mercados de origen y destino operen con las mismas condiciones. Los lineamientos generales de este planteo giran en torno de:
– Garantizar procesos productivos respetuosos con el medio ambiente.
– No superponer productos en la misma época de comercialización.
– No importar bienes agrarios producidos en condiciones laborales prohibidas en la UE.
Tiempo de replanteos
El estado de situación del Acuerdo Mercosur-UE está lejos de ser el óptimo para que las negociaciones continúen de manera fluida.
Ambas partes deberán plantearse, o replantearse, cómo seguir, en qué aspectos ceder, hasta dónde ceder, y cuánto tiempo hay hasta que no sea demasiado tarde.
Las declaraciones del eurodiputado Zoido son oportunas por su aplicabilidad desde la perspectiva del bloque sudamericano. Para el Mercosur también hay un espacio libre a ocupar, y es la UE. Espacio que, cabe aclarar, hace años ya han empezado a ocupar otros jugadores latinoamericanos.
Los miembros del Mercosur y algunos pocos Estados caribeños, son los únicos países de la región que no tienen en vigencia un acuerdo comercial con el bloque europeo.
Parece por lo tanto oportuno cerrar este análisis repasando los tratados vigentes entre países o bloques de nuestra región con el viejo mundo:
- Acuerdo de Asociación UE-México.
- Acuerdo de Asociación UE-Chile.
- Acuerdo Comercial UE-Ecuador/Colombia/Perú.
- SGP+ (Sistema Generalizado de Preferencias Plus): Bolivia es el único país latinoamericano beneficiado. Tiene asimismo la posibilidad de sumarse al acuerdo con Ecuador, Colombia y Perú si así lo deseara.
- Acuerdo de Asociación UE-Centroamérica: la contraparte latinoamericana está integrada por Costa Rica, Panamá, Honduras, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador.
- Acuerdo de Asociación Económica UE-Cariforum: la contraparte latinoamericana está integrada por República Dominicana, Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guayana, Jamaica, Santa Lucía, San Vicente y Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Surinam, y Trinidad y Tobago. Por su parte, Haití firmó el acuerdo en 2009 pero aguarda la ratificación de su Parlamento para poder aplicarlo.
Nota publicada en Enero 2021 en el portal Trade News, de Argentina. Click aquí para ver.
Por Lic. Gino Baldissare
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