La puesta en marcha de la primera planta de litio de Argentina confirma las grandes expectativas que este mineral ha generado en los últimos años.
A mediados de marzo pasado, en el departamento Susques de la Provincia de Jujuy, comenzaron las obras para la construcción de la primera planta de litio en nuestro país, que iniciará su actividad productiva a mediados de 2014. Este proyecto, que demandó una inversión inicial de $ 1.300 millones, producirá carbonato de litio que será empleado en la fabricación de baterías y pilas recargables.
La riqueza mineral que será el combustible de este emprendimiento se encuentra en el Salar de Olaroz, ubicado en la Puna Jujeña, donde se han consolidado acciones conjuntas entre la empresa provincial JEMSE (Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado), la firma Sales del Jujuy (controlada por la australiana Orocobre) y la multinacional automotriz Toyota.
Estos avances logrados para la explotación de litio no son aislados, sino que forman parte de una larga lista de iniciativas y proyectos de inversión impulsados en forma mancomunada por multinacionales de la minería, operadores locales, y organismos a nivel provincial y nacional. Tampoco es nuevo el interés que este mineral ha despertado en las firmas automotrices y de alta tecnología, habida cuenta de que el futuro las coloca como las principales demandantes de baterías de litio y energías limpias.
Pero a decir verdad, ese futuro ya ha llegado. Sólo basta con citar algunos de los 42 modelos que a finales de 2012 habían sido anunciados por las grandes terminales automotrices. Entre los vehículos eléctricos que cobraron vida en el seno de la industria de las cuatro ruedas, se encuentran: Commuter Micro (Honda), Twizy (Renault), Spark EV (General Motors), Chevrolet Volt (General Motors), Up! (Volkswagen) y Urban (Audi). A estos desarrollos, deben sumarse los avances tecnológicos de materia de dispositivos móviles (smartphones, tablets, netbooks) y las muy diversas aplicaciones que el litio tiene desde hace varios años.
Ante este escenario, no resulta exagerado destacar el potencial de este mineral como el combustible del mañana. En esa línea, la consultora internacional AT Kearny ha estimado que, sólo para la fabricación de baterías de autos eléctricos, la demanda de litio podría movilizar más de USD 70.000 millones hacia 2020. Tales perspectivas se constituyen en una oportunidad inmejorable para Sudamérica, especialmente para Argentina, Chile y Bolivia, que concentran más del 80% de las reservas mundiales.
En razón de ello, se han impulsado numerosos proyectos para la explotación del mineral y la manufactura de sus derivados, sin quedar la Argentina como una excepción a esta realidad. Además de las multinacionales Orocobre y Toyota, involucradas en el emprendimiento de Olaroz, en otras regiones del noroeste argentino también se han venido anunciando y materializando, desde hace algunos años, iniciativas de distinta envergadura.
En Salta, uno de los yacimientos en explotación es el de Salinas Grandes (compartido con Jujuy) operado por South American Salars, empresa de capitales argentinos y australianos (Orocobre). También se encuentran en actividad el Salar de Diablillos, operado por Rodinia Lithium (Canadá) y el Salar del Rincón, en manos de Admiralty Resources (Australia). Asimismo, en conjunto con Catamarca, la explotación del Salar del Hombre Muerto está a cargo de Lithium One (Canadá).
Por su parte, en Jujuy, se suman a los mencionados proyectos en Olaroz y Salinas Grandes, otros que actualmente están en ejecución. Entre otros, cabe destacar el Salar de Cauchari (Orocobre) y el emprendimiento Cauchari-Olaroz, operado por Minera Exar con la participación de Lithium Americas (Canadá) y de otro gigante automotriz, la japonesa Mitsubishi.
Sin lugar a dudas, el futuro es promisorio para este sector, y ello ha movilizado también a funcionarios locales. Los gobernadores de Salta (Juan Manuel Urtubey) y Jujuy (Eduardo Fellner), en consonancia con el Secretario de Minería de la Nación (Jorge Mayoral), han impulsado distintas acciones de promoción en Chile y Canadá, entre otros países interesados, a fin de atraer inversiones para el sector. Asimismo, ambos mandatarios provinciales se han expresado en favor de que el litio salga de sus provincias con valor agregado, y no como materia prima.
Por otra parte, para la minería argentina, la concreción del proyecto de Olaroz llega en un contexto marcado por la polémica salida de la brasileña Vale en el proyecto Potasio Río Colorado, un mega emprendimiento con potencial de colocar a nuestro país dentro de los principales productores de cloruro de potasio. En este sentido, la clave estará en la capacidad para asegurar continuidad a largo plazo en la explotación de litio, y para desarrollar ventajas dinámicas que permitan la creación de valor agregado, con el consecuente impacto en el empleo.
Nota publicada en la edición de Abril 2013 en la Revista Multimodal, de Argentina. Click aquí para ver.
Por Lic. Gino Baldissare
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