El Banco Mundial tiene desde hace varios años una herramienta de suma utilidad para analizar el ambiente de negocios de los países, siendo el comercio exterior uno de los aspectos analizados en su informe: el reporte Doing Business.
En la sección denominada Comercio Transfronterizo se mide el tiempo y el costo relacionados al proceso logístico de exportación e importación de bienes, en base a tres conjuntos de procedimientos: cumplimiento documental, cumplimiento fronterizo y transporte interno.
La clasificación de las economías según su facilidad de comercio transfronterizo se determina ordenando las puntuaciones que obtiene cada país, que resultan de un cuestionario y una metodología particular, y que contempla una serie de supuestos, tal como está explicado en el sitio web que el Banco Mundial tiene destinado a tal fin. Ahora bien, más allá de la gran contribución que el Doing Business – Comercio Transfronterizo ha representado y representa para medir el desempeño operativo del comercio exterior, cabe destacar que puede incluso sentar las bases para una profundización aún mayor como herramienta de monitoreo de tiempos, costos y procedimientos de exportación e importación.
A través de una mirada introspectiva, puertas adentro de cada nación, y mediante el levantamiento gradual de los supuestos de la metodología general, es posible implementar una más específica, que contemple las circunstancias operativas (logísticas, aduaneras, técnicas, geográficas, etc.) de las empresas radicadas a lo largo y a lo ancho de un país.
Entre las razones por las que resultaría procedente llevar a cabo una iniciativa de estas características, y que tienen que ver con la necesidad de lograr un entendimiento integrador sobre el comercio exterior de un país, se encuentran:
• Aspectos geográficos: incluir dentro de las variables de análisis a aquellas inherentes a la distancia a cruces fronterizos, puertos, aeropuertos, zonas francas, depósitos fiscales, ceticos, etc. Esto permitiría, por ejemplo, lograr una mayor aproximación al impacto real de los costos y tiempos logísticos dentro de la cadena de valor.
• Aspectos de infraestructura: tomar en consideración las características de la infraestructura y su incidencia en los servicios a los que puede acceder el importador/exportador y empresas de servicios conexos (agentes aduanales, freight forwarders, etc.). Por ejemplo, la disponibilidad de cargueros en aeropuertos interiores, la conectividad a internet para realizar trámites en línea (VUCE), existencia de delegaciones gubernamentales en el interior del país, aprovechamiento de recursos fluviales mediante el transporte en barcazas, etc.
• Aspectos productivos-regulatorios: algunas actividades económicas, principalmente las agropecuarias aunque también algunas industriales, pueden tener cierta concentración geográfica y un marco normativo específico regulado por autoridades técnicas (sanitario, fitosanitario, médico, seguridad, lealtad comercial, etc.), teniendo éstas a su vez un desempeño diverso en términos de facilitación de comercio.
A partir de los fundamentos expuestos, resulta necesario marcar los objetivos y la utilidad que podría tener la aplicación de una herramienta de estas características. Entre otros, cabe destacar:
• Transversalidad: monitorear el desempeño operativo del comercio exterior con una visión específica en función de la ubicación geográfica y el sector al que pertenece la empresa. El formulario de encuesta de la herramienta debe brindar la posibilidad de informar los aspectos geográficos, de infraestructura y regulatorios en los que opera la empresa, a fin de entender de manera contextualizada los indicadores (tiempos, costos, demoras, cantidad de documentos, etc.)
• Temporalidad: la medición de la performance operativa de exportaciones e importaciones de manera segmentada permitiría monitorear cómo van evolucionando distintos sectores y zonas a lo largo del tiempo en términos de facilitación de comercio, identificando oportunidades de mejora específicos. Por ejemplo, la aduana de un cruce fronterizo determinado que muestra mucha menor celeridad que el promedio, o tránsitos aduaneros internos hacia/desde ciertas zonas cuyos costos no han mejorado a lo largo del tiempo.
El contexto operativo actual del comercio internacional, marcado por la entrada en vigencia del Acuerdo de Facilitación de Comercio de la OMC, pone de relieve la importancia de disponer de indicadores específicos que permitan medir los efectos de su implementación, a fin de asegurar que sus beneficios sean transversales y sustentables a lo largo del tiempo. Se trata de un propósito legítimo para beneficio del comercio exterior en general, y en el cual sin lugar a dudas podrían colaborar las distintas entidades representativas del sector: cámaras de comercio exterior, consejos profesionales, asociaciones de operadores aduaneros o logísticos, entre otros.
Nota publicada en la edición de Abril 2017 de la Revista Negocios Internacionales, de Perú. Click aquí para descargar.
Por Lic. Gino Baldissare
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